Los distintos tipos de memoria y su relación con las técnicas de entrenamiento. Existen varios tipos de memoria, que se dividen en unas quince categorías. Estos tipos de memoria van desde la memoria procedimental, que se utiliza para recordar secuencias de gestos, hasta la memoria prospectiva, que nos ayuda a planificar acciones futuras. Es importante señalar que estas distintas formas de memoria son como compartimentos estancos: una persona que destaque en un tipo de memoria no tendrá necesariamente las mismas capacidades en los demás tipos. Además, el entrenamiento de una forma específica de memoria no conduce automáticamente a una mejora de las demás.
La atención desempeña un papel clave en la mejora de todos los tipos de memoria. Aprovechar cualquier oportunidad útil puede marcar la diferencia.
Por ejemplo, cuando tenemos que llamar a alguien, en lugar de pulsar el botón de enviar de la agenda del móvil, podemos intentar teclear los números mientras los tenemos presentes. También podemos repetir una noticia a varias personas, intentando enriquecer la historia con detalles, para mejorar la memoria verbal. Asimismo, asociar nombres a rostros de personas puede ser otro ejercicio útil. Es esencial prestar atención a lo que queremos recordar, ya que la atención es la vía por la que la información llega al cerebro. Si no estamos atentos, no podremos retener nada.
La atención desempeña un papel fundamental en la mejora de todos los tipos de memoria. Para mejorar la memoria, es esencial prestar atención a lo que queremos recordar. La atención es la vía por la que viaja la información para llegar al cerebro. Si no estamos atentos, no podremos retener nada. Aprovechar cualquier oportunidad es crucial para entrenar la memoria. Por ejemplo, cuando tengamos que llamar por teléfono a alguien, podemos probar a teclear los números mentalmente en lugar de pulsar el botón de enviar de la agenda del móvil. También podemos repetir una noticia a varias personas, intentando enriquecer la historia con detalles, para mejorar la memoria verbal. Asimismo, asociar nombres a caras de personas puede ser otro ejercicio útil.
El proceso de asociación desempeña un papel clave en el recuerdo de la información. Leer una palabra por sí sola tiene una probabilidad de recuperación del 10%. Sin embargo, si asociamos esa palabra con otra similar, la probabilidad de recordarla aumenta al 40%. Cuando procesamos la información más profundamente, correlacionando emociones u otros pensamientos, la probabilidad de recordarla aumenta al 70%. Por lo tanto, para recordar información, es necesario procesarla, haciendo conexiones y asociaciones significativas.
Hay cinco estrategias básicas que la mente utiliza de forma innata para recordar información. Estas estrategias son: - Asociación de datos con otros para recordarlos mejor - Categorización para agrupar información similar. - Concatenación de palabras en una historia. - Visualización de conceptos a través de imágenes. - Construcción de escenas mentales. Mantener entrenadas estas estrategias puede contribuir a potenciar la memoria y mejorar las habilidades memorísticas.
El estilo de vida desempeña un papel importante en el mantenimiento de unas buenas capacidades cognitivas a lo largo de la vida. Un estudio chino publicado en el "British Journal of Medicine" identificó seis estilos de vida diferentes importantes para mantener la salud cognitiva. Por orden de importancia, estos estilos de vida son: - Nutrición: seguir una dieta adecuada, basada principalmente en los principios de la dieta mediterránea. - Gimnasio para la mente: realizar actividades cognitivas como escribir, leer y jugar a las cartas para mantener activas las capacidades cognitivas. - Ejercicio: practicar una actividad física regular. - Contactos sociales: mantener un buen nivel de actividad social. - Evite fumar. - Evitar el consumo excesivo de alcohol, ya que a mayor consumo, mayor riesgo para la salud neurológica.
Un estudio realizado por la Universidad de Surrey reveló que cerrar los ojos durante un breve instante puede ayudar al cerebro a evitar distracciones y mejorar el recuerdo. Los participantes en el estudio que cerraron los ojos obtuvieron un 70% de respuestas correctas, frente al 40% de respuestas correctas de la muestra que mantuvo los ojos abiertos. Esto demuestra que una acción tan sencilla como cerrar los ojos puede influir en la precisión del recuerdo al reducir las interferencias externas y centrarse más en la información que hay que memorizar.